A principios de año H&M se puso en contacto con un miembro del estudio de diseño Forma & Co. para realizar unos diseños para su colección. Tras unas negociaciones no se llegó a ningún acuerdo.
Para sorpresa del estudio, H&M lanza una nueva colección en la que se incluye una camiseta “inspirada” en el diseño que Forma & Co. realizó para la sección Numerografía del número 58 de la revista Yorokobu.
El estudio se pone entonces en contacto con H&M para protestar por el uso indebido de su creación, recibiendo la siguiente respuesta.
«Nuestros diseñadores empiezan a planear las nuevas colecciones con una antelación de alrededor de un año y medio. Con el mundo que nos rodea como fuente de inspiración, estamos siempre situados en un proceso creativo en el que identificamos estilos y adaptamos tendencias para crear la moda que funciona. Como muchos diseñadores se inspiran por las mismas temáticas y son capaces de acceder a información similar, las mismas tendencias pueden ocurrir al mismo tiempo en diferentes lugares.
Hemos considerado el contenido de tu email con detalle y nuestra conclusión es que contrariamente a tus afirmaciones, no creemos que nuestro diseño infrinja vuestro diseño.
Aunque estaremos encantados de discutir tus preocupaciones con más detalle, en base a la información que tenemos disponible, nuestra opinión es que son infundadas.»
Una forma muy velada de decir “Esto es lo que hay, jódete”.
La manera de trabajar de empresas como H&M es a través de subcontratas. Contactan con empresas que contratan a su vez a freelances que reciben una información “muy detallada” de lo que quiere el cliente. Es muy posible que este sea uno de esos casos.
Si el consumidor final supiera de estas prácticas puede que empresas de este calado no pasaran de ser una boutique de barrio.