Twitter y la Lencería Fina

Twitter y la Lencería Fina

¿Alguna vez habéis intentado llamar la atención del camarero de una discoteca desde el otro lado de la barra? No sólo tenéis que dejaros la garganta por el volumen de la música, sino que además os toca competir con una maraña de clientes que se agolpan en la barra como tú y que posiblemente tengan tantas ganas de beber como tú.

Para una marca, Twitter es más o menos eso. El camarero es el público objetivo, el resto de clientes la competencia y la música atronadora sería todo el aluvión de mensajes que aparecen el el timeline del posible cliente a la vez que el tuyo.

Sobre el papel tu situación es más efectiva si tu mensaje es más atractivo, y es por eso por lo que se contratan los servicios de un community manager. Los hay excelentes y son auténticas estrellas como es el caso del CM de Policía Nacional. Eso lo traduciríamos en que de repente tu marca se convierte en una increíble modelo de lencería que sugerentemente pide al camarero un cubata mientras le guiña el ojo y le lanza besitos. Evidentemente el mensaje tiene más posibilidades de llegar al cliente, pero tengamos en cuenta que una buena parte de las otras marcas habrán contratado también a profesionales para que les lleven las redes sociales.

Estamos pues ante una barra llena de modelos de lencería clamando a base de carantoñas y bajadas de escote una copa al camarero de una discoteca (que sabemos a ciencia cierta que es soltero y heterosexual). El pobre no sabría dónde mirar y a quién atender pero se lo estaría pasando de puta madre, así que decide servir un gin tonic. Prepara cuidadosamente la bebida y se dispone a mirar cuál de todas esas voluptuosas mujeres quiere uno. Es como si el cliente potencial tuviera interés en buscar el producto que representa tu marca. Hablamos de la búsqueda por hashtag.

Obviando el hecho de que nunca pasará que #gintonic sea el tema de conversación de la mayoría de los presentes en la discoteca (lo que lo convertiría en trending topic), la cercanía a la modelo o los gustos personales del solicitado camarero marcarán prácticamente la diferencia entre una u otra elección.

Expuesta esta situación hay que plantearse cómo es de efectivo que tu marca tenga presencia en Twitter. Está claro que es una vía de contacto con tus clientes o clientes potenciales ¿pero cómo se traduce eso en ventas? ¿qué parte de la imagen de marca corresponde a la actuación del community manager en esta red social en concreto?. No somos una marca y no podemos acceder a este tipo de datos, pero os proponemos un experimento.

Hay programas de televisión en directo que tienen sus cuentas de Twitter, e incluso crean un hashtag por programa (hasta este punto está sobresaturado Twitter). Algunos de ellos seleccionan tuits que salen en pantalla o hacen una selección y los comentan en directo. Tenemos el cliente (el programa de TV), tenemos a la competencia (el resto de espectadores que emitirán sus tuits con el hashtag adecuado), tenemos el ruido (todos los mensajes que se acumularán en el timeline durante el programa). Si conseguís que vuestro tuit sea nombrado o salga en pantalla podéis considerarlo una venta ¿Os animáis?

No hace mucho leí en mi muro de Facebook una reflexión que hacía Álvaro Sobrino (Visual, Herederos de Juan Palomo, Blur Ediciones…) en la que decía que había seguido el hashtag de un programa en directo y que la gente mandaba auténticas joyas en forma de tuits, pero que a la hora de la verdad las seleccionadas por el programa eran mediocres y no aportaban nada al contenido del programa.

Si vuestro tuit era la hostia y no sale seleccionado, no os desesperéis. Que un cliente deseche las buenas ideas para elegir otras mediocres con las que no venderá una mierda también es parte del encanto de esta profesión.