Miedo al fuego amigo

Miedo al fuego amigo

Opinión

Silencio. Intenta contener por un momento la respiración y afinar bien el oído ¿Lo has escuchado? ¿Oyes ese murmullo de fondo? Son los miles de ilustradores y publicistas españoles quejándose porque en sus gremios no hay una guía de precios y tienen miedo a hacer un presupuesto sin que se la jueguen los clientes o sus propios compañeros. Ya puedes respirar, a menos que seas un ilustrador o un publicista. En ese caso ya estarás acostumbrado a vivir sin oxígeno.

Pongámonos en contexto. Publicistas e ilustradores no tienen tarifas oficiales, recomendadas o de orientación porque la Ley de defensa de la competencia prohíbe a las asociaciones profesionales españolas fijar tarifarios orientativos y esto está controlado muy de cerca por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. Esto se traduce en que si eres una asociación de este tipo y publicas un tarifario orientativo la CNMC te hace pagar una multa brutal.

Así que, si quieres hacer un listado con tarifas, tienes que hacerte una para ti solito en función de variables como plazo, esfuerzo, contrato, derechos derivados, tipo de trabajo, tipo de cliente, volumen de producción, etc. y hagas lo que hagas siempre vas a pensar que te la están metiendo por algún lado.

Si nuestro gremio fuera un animal sería un perro sarnoso, desconfiado y tembloroso que se debate entre la vida y la muerte, y que duda si aferrarse a la vida aceptando el chusco de pan que le ofrece el cliente o lanzarse a su yugular y darse un festín con su cadáver aunque esta maniobra le cueste la vida.

Pero siempre habrá un amigo campechano e ignorante que diga “pero no hace falta que publiquéis nada, podéis hablar entre vosotros. Fijaros en las enseñanzas de los más veteranos y en los conocimientos frescos de los nuevos profesionales”.

Este individuo no ha estado en ninguna charla de freelances o en alguna exposición, de lo contrario sabría que carecemos de esa camaradería, organización o confianza. Porque lo que nos ata las manos es el miedo. Miedo a abrirnos a otros otros profesionales como nosotros y a caer abatidos por fuego amigo.

Para que os hagáis una idea una conversación entre profesionales sobre este tema suele ser así:

– ¡Ey Lucrecia! ¿Cómo andamos?
– Ahí tirando, Ovidio.
– Me alegró mucho verte en el Pechakucha el otro día.
– ¡A ver si quedamos más cabrón, que estás perdido!
– Sí… Oye, una cosa ¿Te acuerdas que me dijiste que estabas trabajando con una marca de grandes almacenes?
– Sí, claro.
– Es que un cliente parecido me ha pedido presupuesto y quería saber tu opinión. Te mando por mail las cifras.
– ¡Ah!… vale… (se esfumó el buen rollo)
– ¿Cómo las ves?
– Bien… pero yo pediría más.
– ¿Como cuánto más?
– Pues… algo más.
– ¿Tú cuánto le cobras a tu cliente?
– Hombre, son situaciones distintas…
– Ya ¿Pero cuánto?
– Bastante más.
– ¿Me puedes decir la cifra?
– ¡Uy! Ojalá pudiera… Pero ya sabes…
– Entiendo, gracias de todos modos.
– ¡A mandar!
– Un abrazo a Patricia y a los niños.
– ¡De tu parte monstruo!

Efectivamente, nos cuesta la misma vida dar una cifra exacta o decir claramente lo que hemos cobrado porque tememos que la otra persona suelte un “¡Pero eso es una miseria!”. Esto implicaría que valoramos menos nuestro trabajo que el suyo o que hicimos mal el presupuesto y podríamos haberle sacado mucho más al cliente (y nos lo imaginamos encendiéndose un puro con un billete de quinientos euros y emitiendo una carcajada mientras dice “¡vaya chollo, menudo pardillo!”). Y eso nos duele, primero como profesionales y luego como patéticos seres humanos.

Sólo hay algo peor, que el interlocutor se sienta herido como profesional y grite a los cuatro vientos (o peor aún, en redes sociales) que estás bajando el caché de toda la profesión y que tienes la culpa de la precariedad del sector. Sí, tú solito ¿Hay gilipollas de este calibre en la profesión? Sí ¿Tendemos a ser ese tipo de gilipollas cuando tenemos la oportunidad? También.

Es más. Hay ilustradores y publicistas que cuando se encuentran en esa tesitura en algún foro especializado mienten como bellacos inflando los precios y no pillarse así los dedos. Una actitud deplorable, pero bastante más habitual de lo que pueda parecer.

Así trabajaba la Santa Inquisición ¿Pero qué o quién nos quiere tener controlados? Los clientes son demasiado heterogéneos como para ponerse de acuerdo (aunque salgan ganando) y el gobierno dudo que juegue con nosotros a esto. No somos tan temibles como rivales como para tomarse la molestia de caer tan bajo.

En estas profesiones hay un factor esencial a la hora de conseguir trabajo: la popularidad. Es muy posible que, si te expones a ser linchado públicamente, tu popularidad entre los profesionales del sector caiga en picado y por lo tanto pierdas tu prestigio y el posible dinero que traiga consigo en forma de encargos.

Es por eso que algunos prefieren callar para que el bonito gesto no termine enroscado a su propio cuello en un linchamiento público y profesional.

Ese clima de desconfianza generalizada y de lucha por la supervivencia en un sector masificado y apoderado de unos instintos tan bajos, hay otro punto clave para no agarrarse como un clavo ardiendo a la camaradería. Es muy difícil que un creativo o un ilustrador comparta altruistamente sus conocimientos y que formen parte de su fuente de ingresos.

Somos un grupo tan inseguro de sí mismo que tememos compartir nuestras armas para no vernos en clara inferioridad frente a los que no las comparten (y que además aprovechen las que tú les ofrezcas para volverlas en tu contra). Una vía más que nos lleva al miedo a ser señalados y atacados como si fuéramos el lobo omega de la manada dispuesto a ser masacrado por su propia manada.

Queda una reflexión en el aire ¿Qué diferencia a estos sectores de otros? ¿Qué hace de la creatividad profesionalidad un nido de cobardes y desconfiados? Yo me aventuraría a decir que la implicación personal en el proceso.

Hay quien lleva años puliendo y perfeccionando su estilo (o un proceso de trabajo) y la cautela lo paraliza al pensar que el resto no sabrá valorar su ofrecimiento o que lo convertirán en algo absolutamente distinto y pervirtiéndolo. También los hay que piensan que su profesionalidad o su estilo proviene de un talento innato, y que al compartir sus secretos ese don va a desaparecer.

Sea como fuere la publicidad y la ilustración viven un momento amargo. La competencia es cruel y voraz, y está continuamente definida por las tensiones típicas de las idas y venidas de clientes, por un apoyo institucional que brilla por su ausencia, porque no dejan de salir profesionales de escuelas y facultades, pero los clientes no nacen al mismo ritmo, etc.

Pero, tal y como hemos visto, bajo todo ese estrato de miserias existe un espíritu autodestructivo que nos impulsa al canibalismo más absurdo ¿Estamos realmente destinados a ser nuestros propios verdugos?¿Hay algún profesional que salga ganando realmente poniéndole la zancadilla a otro? ya hemos visto que si lo hay no lo va a confesar públicamente y si se lo preguntamos directamente tampoco nos lo va a querer decir. Así nos va.

Desde lo más profundo de mi bolsillo

Desde lo más profundo de mi bolsillo

Opinión

Os lo voy a decir clarito aunque puede que a nadie le importe ya: es penoso ver cómo compañeros de profesión (consagrados o no) se pegan de hostias por ser el siguiente Jean Jullien y llevarse el mérito de ser el autor de un logo viral que acompañe a las imágenes de la desgracia de marras.

Los atentados sufridos en Barcelona el pasado agosto han dejado una vez más a la vista la carrera de velocidad de ilustradores y diseñadores por mostrar su «apoyo» con obras sencillas que se puedan viralizar en redes sociales, eso sí, con su firma bien grande. Podríamos bautizarlo como los cien metros lisos de la mezquindad. En esta ridícula competición se mezcla el oportunismo con las ganas de sacar pecho y de paso llevarse en el acto algunos followers a los que intentar venderle algo más tarde. Hacer pasar las ganas de tener notoriedad por una fingida solidaridad es algo deplorable.

Hay quien defenderá esta práctica, como la expresión de un sentimiento, y no seré yo quien lo coarte si esta fuera su verdadera naturaleza. El problema es que se nota a leguas que cuando no es así. La fama de los autores que se hacen virales y la desgraciada frecuencia de este tipo de incidentes hace que se conviertan en oportunidades de negocio en la cabeza de los profesionales que carecen de ética. Un «el muerto al hoyo y el vivo al bollo» de manual.

Ocurre lo mismo cada vez que fallece un personaje célebre. Es facilísimo identificar este tipo de profesionales porque es muy posible que te enteres de la noticia después de haber visto su pieza. No les quiero quitar mérito porque bien es cierto que trabajan rápido y conocen cómo moverse en redes para tener repercusión rápidamente, pero es interesante cómo intentan disfrazar de empatía lo que en realidad es puro narcisismo.

Trabajar con este tipo de sucesos es delicado porque son muchos los afectados, pero eso también les proporciona una cortina de humo ¿De verdad una familia que acaba de perder a un hijo o una madre se va a preocupar de si este o aquel ilustrador se quiere dar lustre a costa de un suceso tan desagradable? El día que esto pase a más de un autoproclamado ilustrador solidario se le van a caer los palos del sombrajo. Pero no os equivoquéis, no será una lección para nadie. Habrá toda una legión de personajes de la misma calaña echando leña al fuego para, de un solo golpe, librarse de la competencia y quedar como alguien realmente sensibilizado.

La práctica de estos diseñadores o dibujantes me recuerda a la de los periodistas y fotógrafos que, durante la Ley Seca, pasaban jornadas enteras esperando en la puerta de las morgues a que llegaran las noticias en forma de cadáveres aún calientes. Ellos alegaban que lo hacían para informar y de paso lograr imágenes impactantes para vender más ejemplares del periódico, pero ¿qué aportan las ilustraciones o los logos que se puedan inventar los ilustradores y diseñadores de los que os hablo a los afectados o a la sociedad? ¿visibilidad del hecho? ¿síntesis de la información?… ¿pero con qué objetivo? ¿el de proporcionar una imagen no desagradable para adjuntar a tu estado de Facebook sobre el suceso?. En ese caso estamos ante un servicio de primera necesidad (NO). A estos «profesionales» no es raro verlos dándose golpes en el pecho con una mano mientras empiezan a hacer hueco en la cartera con la otra.

Mucho se ha hablado de los límites del humor, pero no he escuchado a nadie rasgándose las vestiduras por los límites de la vanalización y (en un segundo paso) de la comercialización.

¿Qué será lo próximo? ¿Meterlo en tu currículum? ¿Pasarle un tarifario a la familia de los difuntos? Tiremos un poco de imaginación a ver si os sentís cómodos.

(primer plano) Hola, soy Tolo Sinestesia, ilustrador oportunista. (entra música tontipop y se abre el plano viendo a Tolo con una camisa hawaiana sentado en un sofá de terciopelo negro con cojines de banderas y acordonado con cinta de la policía) Soy especialista en lettering de mierda y dibujos plagiados, pero mi especialidad son los logos para desgracias. Mi falta de valores me ha llevado a viralizar mi trabajo para grandes hecatombes como ataques con armas químicas, represiones en manifestaciones feministas o incendios de parques naturales. (ráfaga de trabajos sobre la música) En este curso de Domestika os enseñaré paso a paso cómo viralizar vuestra ilustración solidaria. Desde el chequeo de la prensa digital, a la ejecución atropellada de la pieza y la publicación en las diferentes redes sociales en el momento más intenso. (sube la música y aparece Tolo haciendo como que llora delante de unas velas y un ramo de flores en el suelo, luego dibuja en una libreta, luego usa una tablet, luego lanza las flores al aire jugueteando) Trabajaremos la rapidez, la elección de colores en función de la banderas de los países o colectivos afectados, la simplicidad estética y la corrección política para entrar en los corazones del público, ganar sus likes y puede que la venta de alguna camiseta (sube de nuevo la música y se ve en cámara rápida a Tolo probándose disfraces de refugiado, de manifestante antitaurino y de bombero a lo Pretty Woman) . Las únicas herramientas que vais a necesitar son: un punto de acceso a Internet, un ordenador con software de diseño, conocimientos cortitos de ilustración y diseño, un nivel alto en el manejo de redes sociales y muy muy poquitos escrúpulos. Inscríbete ahora en este curso para que tus imágenes solidarias den la vuelta al mundo y sean (Tolo se levanta) la bomba (explota el sofá sobre el que estaba sentado Tolo y sobre el humo negro se sobreimpresiona el logo de Domestika

La próxima vez que se muera un personaje célebre que os toque la fibra o que os sintáis indignados por algo, no dudéis en expresarlo con toda la libertad del mundo. Pero si pensáis por un momento cuándo publicar ese tuit con vuestro logo para que tenga más repercusión o qué filtro ponerle a vuestra ilustración para que encaje mejor entre el resto de vuestro feed de Instagram, considerad que sea posible que no estéis lanzando un mensaje desde el fondo de vuestro corazón, sino más bien desde el fondo des vuestras carteras.

PD. Este artículo lleva escrito desde hace meses, pero no lo publiqué en su momento por no caer en esa corriente de abucheos y vítores entre bandos de una guerra que no importa a nadie.

Mendigart: trazo final y becas comedor

Mendigart: trazo final y becas comedor

Cosas del Colectivo Sin categoría

Hace un año veíamos atónitos el vídeo donde Mariscal calcaba en photoshop fotografías en su vídeo de promoción de Mariscal Portraits. Ese fue el inicio de la acción Mendigart, por la que nos hemos dedicado durante 365 días a calcar las fotografías que nos habéis mandado por una centésima parte de lo que cobra Mariscal, y así convertir ese dinero en Becas Comedor de Educo.

Pues bien, el 11 de marzo cerramos el proyecto y estamos contentos con el resultado. Casi llegamos a los 50 retratos y muchos de vosotros habéis donado más dinero para las becas comedor. Además, muchos profesionales nos han dado su apoyo y se ofrecieron a echarnos un cable calcando fotos si nos viéramos desbordados (que, por desgracia, no ha sido el caso).

En el transcurso de la acción nos topamos que Paypal se quedaba con un porcentaje de los ingresos (que en cuantías más grandes es despreciable, pero en donaciones pequeñas se comían un pico), pero decidimos mantenernos firmes y no nos ha importado poner ese porcentaje de nuestro bolsillo para cumplir lo prometido: vuestras donaciones irán dedicadas íntegramente a Becas Comedor.

Y de hecho así ha sido hoy mismo hemos hecho la donación a Educo y no vamos a dar de comer faisán y caviar hasta reventar a cientos de chiquillos durante un año, pero nos hemos asegurado de proporcionarle una comida completa a un niño durante tres meses y algo más con los 170,8 euros recaudados. Es una pena no haber podido igualar la cuantía del encargo de un sólo retrato firmado por el ilustrador catalán.

Sólo nos queda agradeceros la participación e implicación en esta acción, a Educo por su encomiable iniciativa y a Javier Mariscal por encender la chispa que prendió esta pequeña historia con un final un poco más feliz.

Like a Wave en portfolio: Un necesario chute de web

Like a Wave en portfolio: Un necesario chute de web

Cosas del Colectivo

Algo nuevo se mueve en la web de Colectivo Miga, y es gracias a que incluimos en el portfolio una selección de los trabajos realizados por Like a Wave. Un soplo de aire fresco este apartado, aunque prometemos más movimiento dentro de poco.

Como podréis comprobar son unas sólidas aportaciones a diseño web, redes sociales e imagen corporativa. Viendo estas perlas no es de extrañar que se nos haga la boca agua al pensar todo lo que podréis ir viendo fruto de nuestro trabajo conjunto. El desarrollo de proyectos online será una de nuestras nuevas líneas de trabajo.

Si os quedáis con ganas de conocer más trabajos de Like a Wave no tenéis más que pasaros por su página web www.likeawave.es

Mendigart: últimos calcos

Variedades

El 11 de marzo de 2016 empezamos una acción al hilo de esta entrada del blog sobre Mariscal Portraits Nos dedicaríamos durante un año entero a calcar vuestras fotos por una centésima parte de lo que cobra Mariscal por los suyos, y destinaríamos ese dinero a Becas Comedor de Educo. La llamamos Mendigart.

Pues bien, apenas queda un mes para cerrar ese año y no podemos decir que no hayamos dado abasto, pero estamos contentos porque hemos hecho más de 30 retratos. Algunas personas han donado incluso más dinero por su calco y ha habido mucho apoyo por parte de otros profesionales que se han prestado a participar si nos viéramos desbordados. Mendigart tuvo muy buena difusión y acogida en los primeros compases, pero poco a poco ha ido perdiendo fuelle.

Ahora es cuando nos toca deciros que aún estáis a tiempo de llevaros a casa vuestro Mendigart. Por 2,8 cochinos euros vía Paypal recibís en vuestro correo electrónico un JPG tamaño A4 en RGB a 300ppp (igualito que Mariscal) con la foto que queráis remitirnos por redes sociales o a nuestro email hola@miga.com.es con el asunto MENDIGART y una pequeña frase, y un chaval hambriento podrá calmar a su estómago gracias a vosotros. Vuestra aportación será donada íntegramente.

Así vosotros tendréis algo con lo que actualizar vuestras redes sociales, cambiar el fondo en vuestro móvil, adornar vuestro cuarto o tener un bonito detalle con vuestra mejor amiga o con vuestro peor enemigo (según la foto que elijáis), y nosotros tendremos la satisfacción de haber puesto el dedo en la llaga por una buena causa.

Nuestro Equipo: Like a Wave

Nuestro Equipo: Like a Wave

Presentacion

“Ya era hora” gritan desde el fondo los que jamás prestaron atención. Y es que hoy inauguramos un nuevo sillón en nuestra particular Real Academia del Buen Gusto y la Mala Hostia. Like a Wave se une a Colectivo Miga.

Podríamos decir que hemos tardado en ampliar el cupo porque se trata de una plaza con sidecar (ya que Like a Wave son uno y dúo), pero os estaríamos mintiendo. Nos ha costado sangre y sudor encontrar a profesionales que compartieran nuestro punto de vista y nuestra manera de actuar, y que a la misma vez nos complementaran en nuestros trabajos y nos dieran alas en nuestras fechorías.

En nuestro apartado NOSOTROS podréis ver cómo se definen y cotillear entre sus enlaces para calmar vuestra curiosidad, pero vamos a daros unas pinceladas para que sepáis a quién os vais a encontrar a partir de ahora detrás de nuestras nuevas aventuras.

Nazaret es un auténtico póker de ases: diseña, ilustra, planifica y comunica. Su dominio de las redes sociales es apabullante y tiene un gusto exquisito, incluso para elegir con quién asociarse (ejem). Con su ayuda nos verás más y mejor.

Jesús es un tipo tan parco en palabras como rotundo y agudo en sus afirmaciones. La programación y el diseño web son sus armas y a fe que las sabe utilizar. Todos los proyectos que se nos ocurren ganan dimensiones cuando pasan por su filtro.

Estas son las nuevas caras de Colectivo Miga. Estamos deseando ver las vuestras cuando empecemos a dar salida a todo lo que estamos tramando.

De Mariscal a Mendigart

De Mariscal a Mendigart

Variedades

A finales de octubre del pasado 2015 el mundo del diseño y de la ilustración se quedó boquiabierto ante la noticia de que Javier Mariscal, un auténtico referente del sector, confesaba que se encontraba en bancarrota y que tenía que verse obligado a vender su obra como un mantero para pagar «un colegio que esté bien» a sus hijos. Estudio Mariscal sufrió un ERE y el propio autor se veía durmiendo en el sofá de casa de sus amigos.

No tardamos en ver más de sus trabajos en campañas nacionales. Banco Sabadell hizo una partiendo de uno de los trabajos más emblemáticos del diseñador catalán para la agencia Cha-Cha en 2006. La palabra Barcelona con una personal tipografía rellena con imágenes representativas de la ciudad ilustradas por el autor. En este caso las tipografías ilustraban muchas otras ciudades de España.

Muchos achacaron esta acción a que Mariscal, para salir de su crisis, había empezado a bajar precios y a fusilar sus propios trabajos. Defensores y detractores no tardaron en salir a la luz. Los primeros esgrimían que cada cual hace con su trabajo lo que le da la gana y los segundos ponían sobre la mesa una bajada de calidad en sus obras.

La polémica pasó y Mariscal dejó de estar en el punto de mira de críticas. Supusimos que Estudio Mariscal pudo respirar mejor después de una campaña de esas dimensiones. No supimos si las declaraciones sobre la bancarrota del estudio hicieron que marcas interesadas en el autor se lanzaran al vil arte del regateo. Muchos freelances y estudios españoles apagaron las antorchas prendidas por verse en una situación similar y no tener tanta repercusión mediática. Llegaron a entender que ninguno de ellos era el creador de un personaje tan icónico como Cobi.

Pero del atolladero no se sale sólo con palabras, así que Mariscal pasó a la acción vendiendo parte de sus obras y creando Mariscal Portraits. Dejemos que él mismo describa el proyecto.

En un principio Mariscal tasó sus retratos en 140€ para más tarde ponerlo a un precio definitivo de 280€. Esto volvió a encender a los dos bandos en esta absurda guerra. Los defensores blandían que cada cual trabaja como quiere y cobra lo que le parece por su trabajo y sus detractores que se limitaba a calcar en Photoshop las fotos que le mandaba la gente y que por plantar su firma en un jpg cobraba un precio desorbitado.

…Y en esas estamos aún. Mariscal intentando salir adelante con sus medios y la gente o poniéndolo verde por un lado o elevándolo a categoría de gurú por otro. Nosotros somos más prácticos y de todo esto hemos terminado aprendiendo. Y es ahora cuando os proponemos una iniciativa a la que hemos denominado Mendigart.

Resulta que nosotros también sabemos calcar fotos y nos preocupamos por los niños, pero no somos Mariscal. Así que hemos pensado en algo: Durante un año podéis mandarnos por la vía que queráis (redes sociales o con un correo electrónico a hola@miga.com.es con el asunto MENDIGART) una fotografía (puede ser vuestra, de vuestros amigos, de vuestro perro o de una estrella del porno) y un texto corto (ya sea el nombre de la persona, una marca comercial o un taco). Después calcaremos el retrato en Photoshop y os lo mandaremos en el mismo formato que Mariscal (jpg A4 a 300ppp) a vuestro correo electrónico para que hagáis con él lo que os salga de los cojones.

Somos conscientes de que no somos ilustradores de reputada fama internacional. No creáis que dedicaremos mucho tiempo a hacer el retrato porque también tenemos que currar para comer. No intentaremos plagiar a Mariscal, ni mucho menos cobraros lo mismo. De hecho cobraremos una centésima parte de lo que él pide por uno de sus retratos: 2,8€ vía Paypal. Con ese dinero no les vamos a pagar un colegio de puta madre a nuestros hijos, sino que ese dinero irá directamente a Educo para que niños, cuyos padres no sepan calcar fotografías, puedan acceder a una comida completa al día.

Si lo hacéis puede que no tengáis un Mariscal en casa, pero tendréis un Mendigart y un niño tendrá algo caliente que llevarse a la boca. Podréis rajar todo lo que queráis de Mariscal, pero tiene unas ideas acojonantes para salir del agujero.

Moltes gràcies.

Modales de Marca

Modales de Marca

Opinión

Cuando creamos una identidad corporativa para una marca y podemos ir más allá trabajamos en términos de branding. Intentamos crear acciones que favorezcan la imagen de la marca en cuestión hasta crear alrededor de ella una personalidad sólida y reconocible. Pero ¿es educada nuestra marca?.

 

Hace poco conocimos el caso de la marca CULITO from Spain a través de la facebook de Garabattagge Ilustra. Esta marca usó trabajos de ilustradores españoles como Conrad Roset o Fernanda Castro (Matrioska) como motivos en sus prendas de vestir sin el permiso o lucro por parte de sus autores.

 

La empresa alegó que las ilustraciones habían sido compradas en un banco de imágenes y que no era culpa suya que alguien hubiera registrado estas ilustraciones en otros países y que su compra había sido legal. Evidentemente, los autores de dichas imágenes mostraron su descontento pero la marca sigue amparándose en la legalidad de su acción pese a la ilegalidad del banco de imágenes en sí y al ya clásico “Internet es así”.

 

Sabemos de buena tinta que esto es más común de lo que debiera, pero ahora veamos la situación desde el punto de vista del branding.

 

La legalidad de una obra, un diseño o una ilustración es inapelable. Cualquier cosa que haga nuestra marca debe ser legal y eso nos evitará problemas esencialmente económicos y en segunda instancia a nuestra imagen.

 

El problema viene cuando la acción en sí es legal pero la marca tiene conocimiento de que no es así. Seguir adelante aferrándose a la legalidad puede que no tenga problemas económicos en un primer momento, pero sí hay una falta de ética por parte de la marca y esta actitud, si se hace pública, afectará económicamente a la marca cuando se la señale con el dedo por lavarse las manos.

El caso de CULITO from Spain es sólo un ejemplo de por qué debemos cuidar que los modales de nuestra marca sean intachables. La marca con la que trabajemos debe ser educada, empática y ética, y que esos valores se reflejen en sus acciones y su imagen.

Cartel para las Fiestas de San Juan en Soria

Producción Propia

Hacía ya tiempo que no nos presentábamos a concursos públicos y nos apeteció probar suerte para ir dando nuestros primeros pasos como colectivo. Así que echamos un vistazo a las convocatorias y decidimos abordar el concurso del cartel para las Fiestas de San Juan en Soria.

En cuanto lo tuvimos impreso lo remitimos al concurso y para nuestra sorpresa de 66 participantes quedamos entre los 4 finalistas. Por desgracia no nos hemos llevado el premio pero nos ha servido para ir engrasando la maquinaria del colectivo.

Queremos dar las gracias a todas las personas que nos apoyaron en la fase de votación popular, aunque a algunos les cogiera el toro y votaran fuera de plazo.

 

Nuestro Equipo: El otro Samu

Nuestro Equipo: El otro Samu

Presentacion

Durante esta semana os vamos a ir presentando a los miembros de nuestro equipo para que nos vayáis conociendo un poco mejor. Hoy le toca a El otro Samu.

El otro Samu es un tipo pálido y calvo que tiene por costumbre hacer listas, calendarios y esquemas de cualquier cosa que se proponga. Le gusta el humor absurdo e incómodo y ha terminado haciendo de ello su actitud vital. Observador e inquieto, siempre suele estar metido proyectos donde puede desplegar todo su arsenal de “miserias” de la manera más limpia y ordenada posible.

En Colectivo Miga trabaja dándole personalidad a campañas y proyectos a través de audaces vueltas de tuerca, ya sea con palabras o con imágenes. Aunque por mucho que lo intente ocultar siempre se le puede descubrir trazas en su trabajo de su particular sentido del humor.

Podéis encontrar más información sobre él en su página Las Miserias Selectas.