El mejor equipo del mundo en 10 pasos

El mejor equipo del mundo en 10 pasos

Opinión

¿Cansado de tediosos procesos de selección?¿De dedicar un dinero a un departamento de recursos humanos que sólo selecciona patanes y vagos? No pierdas más tu tiempo y tus ahorros. Aquí van las claves para conseguir reunir al equipo de tus sueños y catapultarte hacia el éxito.

1. ¿Por qué trabajar con compañeros de trabajo cuando puedes hacerlo con amigos? Se dice que el que trabaja en lo que le gusta no trabaja en su puta vida. Pero ¿y si no tienes esa opción? En ese caso trabaja en lo que te toca pero rodéate de colegas. Pégales un toque a tus amiguetes en paro. No hace falta que tengan la formación necesaria o la actitud adecuada porque tú ahí estás para enseñarles lo que tienen que hacer. Y lo mejor de todo es que puedes confiar totalmente en ellos ¿Qué colega te la va a meter doblada? Eso nunca. Y si además son de tu familia mejor que mejor.

2. Si ya hay un inepto en tu equipo, mantenlo ahí. Es mucho mejor dejar que se aburra a pagarle un finiquito (que es un pastón). Seguro que si le das de lado y no le mandas muchas cosas terminará por aburrirse y largarse. Eso sí, dile al resto delos empleados que no le hagan ni puto caso. No vaya a ser que los meta en rollos sindicales y demás hostias. Tonterías las justas.

3. Si alguien te recomienda que contrates a alguien, hazlo. La persona que te lo recomienda sólo quiere lo mejor para ti. No creo que te quiera encasquetar a un zote. Además, segurísimo que quien lo haga responde por él. Nadie en su sano juicio correría el riesgo de quedar mal contigo. Y si por cualquier cosa resulta que es así te aconsejo que acudas al punto 2. Déjalo en tu equipo. No queremos que al final seas tú el que quedes mal con la otra persona. Que la vida da muchas vueltas y puede que tengas que colocar al primo tonto porque no cabe en tu oficina.

4. Publica la oferta de empleo en tus redes sociales personales. Déjate de webs especializadas. Ahí sólo hay perdedores y desesperados. Tú conoces bien a tus contactos y seguidores y no aceptas a cualquier persona. Confía en tu instinto y si te quieren que te busquen. Que para eso el que ofrece el empleo eres tú. El boca a boca es más poderoso que cualquier algoritmo, dicen.

5. Las entrevistas se hacen en territorio neutral ¿y qué más neutralidad que la barra de un bar? Ahí es donde puedes ver de qué madera está hecha la persona. No hay test psicotécnico que no pueda tumbar una actitud ante un camarero, una seguridad en la selección de tapas o la defensa a muerte de su marca de cerveza favorita o su equipo de fútbol. Por encima del trabajo somos seres humanos y es en la vida donde tienes que demostrar de qué pasta estás hecho. Si tú te pasaste toda la puta carrera en el bar de la facultad, en la universidad de la vida ¿A dónde pretendes que vayan los genios?. Y si te da pereza eso de las entrevistas contrata a ciegas, que el movimiento se demuestra andando. Eso sí, si te sale mal te recomiendo que vuelvas de nuevo a aplicar el punto 2. Que Dios no lo quiera puede que hayas contratado a un psicópata homicida o a uno de esos pervertidos que roban Postits.

6. Si tienes que elegir, elige a los guapos. Piensa por un momento en qué imagen es la que quieres dar ¿Quieres que todo el mundo tenga en su boca el nombre de tu empresa cuando vean el paquete de tu comercial o el culo de tu contable o prefieres que las cabezas se giren hacia las papeleras para vomitar porque no soportan ver a los callos que has contratado? La gente guapa está genéticamente preparada para triunfar en la vida y eso es un hecho científico ¿Tú has visto alguna vez una indigente que haya llegado a Miss España? Pues eso. Piensa que en «El Señor de los Anillos» los buenos eran los guapos. Tú a quién contratarías ¿A un puto orco currante o a la hija buenorra del de Aerosmith? Es de cajón.

7. Si en tu competencia hay un fuera de serie, camélatelo y ficha a un galáctico. La gente quiere mejorar y si tú les ofreces más dinero o algún regalito guapo lo mismo te lo llevas contigo. Llévatelo de mariscada, métele unos puros en el bolsillo y te lo llevas a las putas, que eso es lo que hacen los hombres de negocios. Y si ves que duda dile a tu contable buenorra que se venga contigo a la entrevista y le tiras el bolígrafo al suelo. No falla. Si sales triunfante y le ganas el pulso a la competencia ganarás un poderoso y fiel aliado. Si tienes que robar roba a lo grande.

8. Confía en el poder de la vocación personal. Vas a formar un equipo y no puedes medir el valor de uno de tus empleados por lo que no sabe hacer. Si tiene una carencia posiblemente sea porque está potenciando sus virtudes. Si alguno de tus empleados no sabe inglés o piensa que una hoja de cálculo tiene que ver con el certificado de la operación de riñón de vuestro tío, es porque a lo mejor son unos máquinas en otras parcelas como gestión del tiempo, productividad o eructar el padre nuestro del tirón. No desmerezcas las habilidades personales, que para eso no hay academias. El talento estará siempre por encima de la formación y seguro que tú puedes captar eso al vuelo.

9. Si hay problemas personales en el equipo, no te metas. En el trabajo se trabaja y fuera del trabajo tú no eres nadie (bueno, puede que su amigo, familiar o pareja). Confía en la profesionalidad de tus empleados y en su madurez. Los problemas personales se dejan en la puerta de la oficina y eso lo sabe todo el mundo. Confiando en ellos evitarás posibles rencillas y se centrarán en dar el 200% en tus objetivos ¿Y quién te dice que incluso no sea positivo? Son muchos los expertos que dicen que algo de competencia entre compañeros es sano y vivificador. Enciende la llama de la pasión por el trabajo y verás cómo en esa pugna tu empresa acelera su camino hacia el éxito. Por probar no se pierde nada, y si la cosa va a mayores te recomiendo que apliques de nuevo el consejo número 2. Que si la sangre llega al río por lo menos que no se la que saga de tus tripas.

10. Por encima de todo confía en ti mismo. No dudes ni por un segundo de tus decisiones. Tus enemigos están deseando verte vacilar para atacarte y colmar a tus trabajadores estrella de beneficios y contables con tremendos culos para hundirte. Eres el macho alfa, la puta estrella del norte en la que todos ponen sus esperanzas para que los lleves a buen puerto ¿Qué pensarías si el Presidente del Gobierno fuera preguntando a todo el mundo lo que tiene que hacer? Personalmente pensaría que es un pelele y que es tan inútil como los imbéciles que lo han puesto allí. Los líderes son seres de raza, con un poderío y una presencia imponente. No te dejes ver preocupado ni te dejes apabullar por opiniones de expertos en derecho, economía o burocracia. Eres el capitán de este barco y tu palabra es ley. Deja que tu rugido suene fuerte en los oídos de tus empleados y en el bajo vientre de tus empleadas. Y si ves que las vicisitudes te arrastran irremediablemente a la derrota no vaciles ni cambies de opinión. Conserva tu honor hasta el final y seguro que los miembros de tu equipo te acompañarán y asumirán gustosos las consecuencias de tus actos. Porque al fin y al cabo eres su guía, y un líder lo es en las buenas y también en las malas. Si has elegido bien tu equipo no te abandonarán por la cuenta que les trae.

Si sigues estos 10 sencillos consejos te puedo asegurar que tu vida cambiará. Tu carrera hacia el éxito sufrirá un tremendo empuje. Mejorarás y multiplicarás tus amistades ante la envidia de tus competidores. Ganarás en autoestima y en calidad de vida. Y tarde o temprano te darás cuenta de que artículos como este están escritos por autoproclamados gurús, y que no sirven más que para decir gilipolleces, darle alas a los motivados para joderle la vida a las personas a su cargo y enturbiar la imagen de sus sectores. Enhorabuena a todos esos «cracks». Ojalá reciban pronto lo que se merecen.

La no respuesta a los presupuestos que se mandan

La no respuesta a los presupuestos que se mandan

Opinión Querido cliente

Antes de nada me gustaría hacer una aclaración, quizá innecesaria, pero tampoco me cuesta nada. Soy consciente de que si una persona/empresa no ha aceptado un presupuesto, no es un cliente aún. Pero me vas a disculpar y para no llamarlos clientes en potencia, hablaré de ellos como clientes en general, al fin de cuentas los presupuestos son una pieza clave para nosotros.

Conozco de primera mano lo que es necesitar el trabajo de un profesional para resolver alguna necesidad, por lo que para nada me queda ajeno el hecho de que es necesario pedir presupuestos para contrastar entre ellos y quedarnos con el que más nos interese. Sin embargo eso tampoco me impide ver que ese presupuesto es fruto del trabajo de una persona que lo ha elaborado, sea mayor o menor y por tanto como mínimo debo dar las gracias.

Estoy seguro que no te sorprenderá si te digo que es habitual que te pidan un presupuesto y tras mandarlo se produzca un silencio absoluto. Siempre me ha parecido curioso teniendo en cuenta que no se suele cobrar por ello. Puedo entender que con el lío del día a día se te pueda pasar o que prefieras verlo con tranquilidad antes de decir nada, es lógico. Pero responder con un simple «gracias, lo he recibido» no cuesta nada y además transmites que valoras el trabajo de los demás. En mi caso, y supongo que en el de otros profesionales, a veces tengo que preparar presupuestos que requieren varios días porque necesitan mucho análisis previo. Es triste que después de entregarlo no vuelvas a saber de la persona.

Lo curioso es que en ocasiones, como si se tratase de un unicornio que surca el horizonte, una de estas personas con las que no has llegado a trabajar  regresa para pedirte otro presupuesto o incluso para pedir exactamente el mismo. Recuerdo a uno que cada cierto tiempo solicitaba precios y luego no contestaba durante meses hasta que volvía a hacer lo mismo. En la etapa final lo que hacía era responderle reenviando el primer email, con la esperanza de desatar alguna respuesta emocional en su psique.

Pero esto no solo pasa con clientes nuevos, también con recurrentes, como cuando por ejemplo eres un proveedor de otro profesional o empresa. Sienta regular que no te digan nada o que cuando hablas con el cliente varias semanas después, te diga que no te dijo nada porque el proyecto no salió. Eso mismo me lo podrías haber comentado cuando lo supiste, que parece que te cobro por palabras.

Probablemente lo peor que te puede pasar en estos casos es lo que me comentaba El otro Samu hace unos días: un cliente necesita x trabajo para tal fecha, mandas el presupuesto incluyendo una planificación de tiempos y tras semanas sin decir nada contactan porque lo quieren hacer inmediatamente, pero con los mismos tiempos y partida económica. Y no es que en unas semanas suelas cambiar de tarifa, pero los trabajos tienen un contexto temporal para un profesional; la carga de trabajo es variable y es probable que ahora tenga que echar horas extra o aplazar otros proyectos para llegar. Al final no te dejan demasiadas opciones y muchas veces terminas quedando mal sin ser culpa tuya, tratando de explicar que las cosas no se pueden hacer así.

Pero me estoy desviando del tema principal que estoy tratando aquí y el asunto de las prisas permanentes lo comentaré detenidamente más adelante en otra entrada.

Es por eso querido cliente, que si me pides un presupuesto te rogaría que al menos me contestaras una vez mandado, aunque sea solo para decirme que lo has recibido. Esto te lo digo sobre todo porque para pedir que lo haga con urgencia, como si se te fuera la vida en ello, no has tenido ningún problema.

No sé si este pequeño problema tiene realmente una solución o hay que asumir que será una constante. Me gustaría pensar que con el tiempo quizá se pueda llegar a reducir el número de veces que se da, pero al menos con clientes nuevos lo veo complicado. Si se te ocurre una idea en la que no sea necesaria la violencia, estoy abierto a sugerencias.

Y con esta disertación totalmente irrelevante, me despido hasta el próximo tema a tratar. Abajo te dejo el índice de la serie temática «Querido cliente» con los artículos actuales, por si gustas de dar un paseo.


Índice de artículos

  1. Introducción: Querido cliente, tenemos que hablar.
  2. Capítulo 1: La no respuesta a los presupuestos que se mandan.
  3. Capítulo 2: Usar WhatsApp para comunicarse. – Próxima hornada –

Querido cliente, tenemos que hablar

Querido cliente, tenemos que hablar

Opinión Querido cliente

Hola amigo lector, supongo que has llegado hasta aquí porque estabas buscando otra cosa y entraste sin querer. O quizá algún compañero desalmado ha recomendado este artículo desde una red social, así que no te culpo si tu primer impulso es salir corriendo. Pero ya que estás aquí, quédate un rato porque estaba a punto de tratar algunos temas que necesito aclarar con mi cliente. Quizá te interese y puede que hasta encuentres alguna que otra similitud entre mi día a día y tuyo. Si es así, no te cortes y deja tu comentario, el cual estaré encantado de borrar si no me gusta.

Vaya por delante que un servidor no representa a nadie que no sea a sí mismo, toda la posible estupidez y falta de criterio narrativo que encuentres en estas líneas es de cosecha propia y mis otros santos compañeros de Colectivo Miga no tienen culpa. Dicho esto voy al grano.

Querido cliente, ya sabes que llevamos algunos años juntos, pero es el momento de que nos sentemos a hablar porque lo nuestro no va bien. Te necesito como al aire para respirar, cualquier negocio sin clientes no es nada por mucha preparación y profesionalidad que se tenga. Sin embargo a veces olvidas que estás tratando con personas y no máquinas…

Como en una relación personal, las relaciones laborales también pasan por sus momentos altos y bajos. Con el tiempo me he dado cuenta que existe una absoluta falta de consideración por parte de algunos clientes al tratar con profesionales. Estos individuos te llegan a tratar en ocasiones como si les pertenecieras, llegando a hacer cuesta arriba nuestro día a día. Si bien es cierto que algunos son tremendamente irrespetuosos, la mayoría no suelen llegar a ese punto, se mantienen más bien entre un desprecio velado y un colegueo rancio.

Parte de la culpa la tenemos nosotros, no nos engañemos. Ya sea por novatos o bien intencionados, suele haber tendencia a empatizar con el cliente y trasladar sus preocupaciones a ti. Se trata de un ejercicio que de entrada no es malo, ya que pienso que esa cercanía te permite llegar a cotas más altas de entendimiento sobre lo que quiere. Al fin y al cabo es una gran parte de nuestro trabajo. Sin embargo tiene una cara B y es que esa cercanía puede llegar a hacer borrosa la línea que separa al cliente del profesional y ahí es donde pueden empezar los problemas.

Por supuesto también tengo que decir que hay personas con las que no llegas siquiera a mediar dos palabras cuando ya se están intentando aprovechar de ti. El porcentaje es más reducido, pero no por ello es menos molesto. Me he visto yendo a una reunión junto a mis compañeros, con un posible cliente, para hacerle una campaña de comunicación a la entidad que éste representaba y tras dos horas, que esta persona diese por supuesto que lo íbamos a hacer todo gratis porque eso «nos iba a abrir puertas». ¿En qué momento haces perder el tiempo de varios profesionales para proponerles que te ayuden a medrar en tu trabajo por la cara? Me recuerda a cuando ese comercial de una inmobiliaria te dice en la puerta de tu casa, con cara sonriente:

– Si te enteras de alguien que necesite un piso, me lo dices.

Sí claro, y si quieres te ayudo con la mudanza de los inquilinos. Es tremendo el asunto, perdemos un gran cantidad de tiempo haciendo entender que, como profesionales, cobramos por nuestro trabajo. Pero me estoy adelantando y ese es otro tema que tocaré más adelante.

Con estos mimbres, me he propuesto hacer una serie temática llamada «Querido cliente» , en la que hablaré sobre ciertos problemas que son recurrentes cuando tratas con clientes, desde la perspectiva del profesional.

No quiero que todo esto se entienda tampoco como una defensa férrea a todo los profesionales que existen. También podemos ver a algunos que abusan de su situación y las cuelan siempre que pueden. Quizá en otra ocasión aborde esta otra cara de la moneda, de momento me centraré en lo dicho porque hay mucha tela que cortar.

Pero para que no te vuelvas con las manos vacías tras una escueta presentación, te dejo el índice de la serie con los artículos disponibles en este momento y que iré ampliando progresivamente según haga las sucesivas publicaciones.


Índice de artículos

  1. Introducción: Querido cliente, tenemos que hablar.
  2. Capítulo 1: La no respuesta a los presupuestos que se mandan.
  3. Capítulo 2: Usar WhatsApp para comunicarse. – Próxima hornada –

Miedo al fuego amigo

Miedo al fuego amigo

Opinión

Silencio. Intenta contener por un momento la respiración y afinar bien el oído ¿Lo has escuchado? ¿Oyes ese murmullo de fondo? Son los miles de ilustradores y publicistas españoles quejándose porque en sus gremios no hay una guía de precios y tienen miedo a hacer un presupuesto sin que se la jueguen los clientes o sus propios compañeros. Ya puedes respirar, a menos que seas un ilustrador o un publicista. En ese caso ya estarás acostumbrado a vivir sin oxígeno.

Pongámonos en contexto. Publicistas e ilustradores no tienen tarifas oficiales, recomendadas o de orientación porque la Ley de defensa de la competencia prohíbe a las asociaciones profesionales españolas fijar tarifarios orientativos y esto está controlado muy de cerca por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. Esto se traduce en que si eres una asociación de este tipo y publicas un tarifario orientativo la CNMC te hace pagar una multa brutal.

Así que, si quieres hacer un listado con tarifas, tienes que hacerte una para ti solito en función de variables como plazo, esfuerzo, contrato, derechos derivados, tipo de trabajo, tipo de cliente, volumen de producción, etc. y hagas lo que hagas siempre vas a pensar que te la están metiendo por algún lado.

Si nuestro gremio fuera un animal sería un perro sarnoso, desconfiado y tembloroso que se debate entre la vida y la muerte, y que duda si aferrarse a la vida aceptando el chusco de pan que le ofrece el cliente o lanzarse a su yugular y darse un festín con su cadáver aunque esta maniobra le cueste la vida.

Pero siempre habrá un amigo campechano e ignorante que diga “pero no hace falta que publiquéis nada, podéis hablar entre vosotros. Fijaros en las enseñanzas de los más veteranos y en los conocimientos frescos de los nuevos profesionales”.

Este individuo no ha estado en ninguna charla de freelances o en alguna exposición, de lo contrario sabría que carecemos de esa camaradería, organización o confianza. Porque lo que nos ata las manos es el miedo. Miedo a abrirnos a otros otros profesionales como nosotros y a caer abatidos por fuego amigo.

Para que os hagáis una idea una conversación entre profesionales sobre este tema suele ser así:

– ¡Ey Lucrecia! ¿Cómo andamos?
– Ahí tirando, Ovidio.
– Me alegró mucho verte en el Pechakucha el otro día.
– ¡A ver si quedamos más cabrón, que estás perdido!
– Sí… Oye, una cosa ¿Te acuerdas que me dijiste que estabas trabajando con una marca de grandes almacenes?
– Sí, claro.
– Es que un cliente parecido me ha pedido presupuesto y quería saber tu opinión. Te mando por mail las cifras.
– ¡Ah!… vale… (se esfumó el buen rollo)
– ¿Cómo las ves?
– Bien… pero yo pediría más.
– ¿Como cuánto más?
– Pues… algo más.
– ¿Tú cuánto le cobras a tu cliente?
– Hombre, son situaciones distintas…
– Ya ¿Pero cuánto?
– Bastante más.
– ¿Me puedes decir la cifra?
– ¡Uy! Ojalá pudiera… Pero ya sabes…
– Entiendo, gracias de todos modos.
– ¡A mandar!
– Un abrazo a Patricia y a los niños.
– ¡De tu parte monstruo!

Efectivamente, nos cuesta la misma vida dar una cifra exacta o decir claramente lo que hemos cobrado porque tememos que la otra persona suelte un “¡Pero eso es una miseria!”. Esto implicaría que valoramos menos nuestro trabajo que el suyo o que hicimos mal el presupuesto y podríamos haberle sacado mucho más al cliente (y nos lo imaginamos encendiéndose un puro con un billete de quinientos euros y emitiendo una carcajada mientras dice “¡vaya chollo, menudo pardillo!”). Y eso nos duele, primero como profesionales y luego como patéticos seres humanos.

Sólo hay algo peor, que el interlocutor se sienta herido como profesional y grite a los cuatro vientos (o peor aún, en redes sociales) que estás bajando el caché de toda la profesión y que tienes la culpa de la precariedad del sector. Sí, tú solito ¿Hay gilipollas de este calibre en la profesión? Sí ¿Tendemos a ser ese tipo de gilipollas cuando tenemos la oportunidad? También.

Es más. Hay ilustradores y publicistas que cuando se encuentran en esa tesitura en algún foro especializado mienten como bellacos inflando los precios y no pillarse así los dedos. Una actitud deplorable, pero bastante más habitual de lo que pueda parecer.

Así trabajaba la Santa Inquisición ¿Pero qué o quién nos quiere tener controlados? Los clientes son demasiado heterogéneos como para ponerse de acuerdo (aunque salgan ganando) y el gobierno dudo que juegue con nosotros a esto. No somos tan temibles como rivales como para tomarse la molestia de caer tan bajo.

En estas profesiones hay un factor esencial a la hora de conseguir trabajo: la popularidad. Es muy posible que, si te expones a ser linchado públicamente, tu popularidad entre los profesionales del sector caiga en picado y por lo tanto pierdas tu prestigio y el posible dinero que traiga consigo en forma de encargos.

Es por eso que algunos prefieren callar para que el bonito gesto no termine enroscado a su propio cuello en un linchamiento público y profesional.

Ese clima de desconfianza generalizada y de lucha por la supervivencia en un sector masificado y apoderado de unos instintos tan bajos, hay otro punto clave para no agarrarse como un clavo ardiendo a la camaradería. Es muy difícil que un creativo o un ilustrador comparta altruistamente sus conocimientos y que formen parte de su fuente de ingresos.

Somos un grupo tan inseguro de sí mismo que tememos compartir nuestras armas para no vernos en clara inferioridad frente a los que no las comparten (y que además aprovechen las que tú les ofrezcas para volverlas en tu contra). Una vía más que nos lleva al miedo a ser señalados y atacados como si fuéramos el lobo omega de la manada dispuesto a ser masacrado por su propia manada.

Queda una reflexión en el aire ¿Qué diferencia a estos sectores de otros? ¿Qué hace de la creatividad profesionalidad un nido de cobardes y desconfiados? Yo me aventuraría a decir que la implicación personal en el proceso.

Hay quien lleva años puliendo y perfeccionando su estilo (o un proceso de trabajo) y la cautela lo paraliza al pensar que el resto no sabrá valorar su ofrecimiento o que lo convertirán en algo absolutamente distinto y pervirtiéndolo. También los hay que piensan que su profesionalidad o su estilo proviene de un talento innato, y que al compartir sus secretos ese don va a desaparecer.

Sea como fuere la publicidad y la ilustración viven un momento amargo. La competencia es cruel y voraz, y está continuamente definida por las tensiones típicas de las idas y venidas de clientes, por un apoyo institucional que brilla por su ausencia, porque no dejan de salir profesionales de escuelas y facultades, pero los clientes no nacen al mismo ritmo, etc.

Pero, tal y como hemos visto, bajo todo ese estrato de miserias existe un espíritu autodestructivo que nos impulsa al canibalismo más absurdo ¿Estamos realmente destinados a ser nuestros propios verdugos?¿Hay algún profesional que salga ganando realmente poniéndole la zancadilla a otro? ya hemos visto que si lo hay no lo va a confesar públicamente y si se lo preguntamos directamente tampoco nos lo va a querer decir. Así nos va.

Desde lo más profundo de mi bolsillo

Desde lo más profundo de mi bolsillo

Opinión

Os lo voy a decir clarito aunque puede que a nadie le importe ya: es penoso ver cómo compañeros de profesión (consagrados o no) se pegan de hostias por ser el siguiente Jean Jullien y llevarse el mérito de ser el autor de un logo viral que acompañe a las imágenes de la desgracia de marras.

Los atentados sufridos en Barcelona el pasado agosto han dejado una vez más a la vista la carrera de velocidad de ilustradores y diseñadores por mostrar su «apoyo» con obras sencillas que se puedan viralizar en redes sociales, eso sí, con su firma bien grande. Podríamos bautizarlo como los cien metros lisos de la mezquindad. En esta ridícula competición se mezcla el oportunismo con las ganas de sacar pecho y de paso llevarse en el acto algunos followers a los que intentar venderle algo más tarde. Hacer pasar las ganas de tener notoriedad por una fingida solidaridad es algo deplorable.

Hay quien defenderá esta práctica, como la expresión de un sentimiento, y no seré yo quien lo coarte si esta fuera su verdadera naturaleza. El problema es que se nota a leguas que cuando no es así. La fama de los autores que se hacen virales y la desgraciada frecuencia de este tipo de incidentes hace que se conviertan en oportunidades de negocio en la cabeza de los profesionales que carecen de ética. Un «el muerto al hoyo y el vivo al bollo» de manual.

Ocurre lo mismo cada vez que fallece un personaje célebre. Es facilísimo identificar este tipo de profesionales porque es muy posible que te enteres de la noticia después de haber visto su pieza. No les quiero quitar mérito porque bien es cierto que trabajan rápido y conocen cómo moverse en redes para tener repercusión rápidamente, pero es interesante cómo intentan disfrazar de empatía lo que en realidad es puro narcisismo.

Trabajar con este tipo de sucesos es delicado porque son muchos los afectados, pero eso también les proporciona una cortina de humo ¿De verdad una familia que acaba de perder a un hijo o una madre se va a preocupar de si este o aquel ilustrador se quiere dar lustre a costa de un suceso tan desagradable? El día que esto pase a más de un autoproclamado ilustrador solidario se le van a caer los palos del sombrajo. Pero no os equivoquéis, no será una lección para nadie. Habrá toda una legión de personajes de la misma calaña echando leña al fuego para, de un solo golpe, librarse de la competencia y quedar como alguien realmente sensibilizado.

La práctica de estos diseñadores o dibujantes me recuerda a la de los periodistas y fotógrafos que, durante la Ley Seca, pasaban jornadas enteras esperando en la puerta de las morgues a que llegaran las noticias en forma de cadáveres aún calientes. Ellos alegaban que lo hacían para informar y de paso lograr imágenes impactantes para vender más ejemplares del periódico, pero ¿qué aportan las ilustraciones o los logos que se puedan inventar los ilustradores y diseñadores de los que os hablo a los afectados o a la sociedad? ¿visibilidad del hecho? ¿síntesis de la información?… ¿pero con qué objetivo? ¿el de proporcionar una imagen no desagradable para adjuntar a tu estado de Facebook sobre el suceso?. En ese caso estamos ante un servicio de primera necesidad (NO). A estos «profesionales» no es raro verlos dándose golpes en el pecho con una mano mientras empiezan a hacer hueco en la cartera con la otra.

Mucho se ha hablado de los límites del humor, pero no he escuchado a nadie rasgándose las vestiduras por los límites de la vanalización y (en un segundo paso) de la comercialización.

¿Qué será lo próximo? ¿Meterlo en tu currículum? ¿Pasarle un tarifario a la familia de los difuntos? Tiremos un poco de imaginación a ver si os sentís cómodos.

(primer plano) Hola, soy Tolo Sinestesia, ilustrador oportunista. (entra música tontipop y se abre el plano viendo a Tolo con una camisa hawaiana sentado en un sofá de terciopelo negro con cojines de banderas y acordonado con cinta de la policía) Soy especialista en lettering de mierda y dibujos plagiados, pero mi especialidad son los logos para desgracias. Mi falta de valores me ha llevado a viralizar mi trabajo para grandes hecatombes como ataques con armas químicas, represiones en manifestaciones feministas o incendios de parques naturales. (ráfaga de trabajos sobre la música) En este curso de Domestika os enseñaré paso a paso cómo viralizar vuestra ilustración solidaria. Desde el chequeo de la prensa digital, a la ejecución atropellada de la pieza y la publicación en las diferentes redes sociales en el momento más intenso. (sube la música y aparece Tolo haciendo como que llora delante de unas velas y un ramo de flores en el suelo, luego dibuja en una libreta, luego usa una tablet, luego lanza las flores al aire jugueteando) Trabajaremos la rapidez, la elección de colores en función de la banderas de los países o colectivos afectados, la simplicidad estética y la corrección política para entrar en los corazones del público, ganar sus likes y puede que la venta de alguna camiseta (sube de nuevo la música y se ve en cámara rápida a Tolo probándose disfraces de refugiado, de manifestante antitaurino y de bombero a lo Pretty Woman) . Las únicas herramientas que vais a necesitar son: un punto de acceso a Internet, un ordenador con software de diseño, conocimientos cortitos de ilustración y diseño, un nivel alto en el manejo de redes sociales y muy muy poquitos escrúpulos. Inscríbete ahora en este curso para que tus imágenes solidarias den la vuelta al mundo y sean (Tolo se levanta) la bomba (explota el sofá sobre el que estaba sentado Tolo y sobre el humo negro se sobreimpresiona el logo de Domestika

La próxima vez que se muera un personaje célebre que os toque la fibra o que os sintáis indignados por algo, no dudéis en expresarlo con toda la libertad del mundo. Pero si pensáis por un momento cuándo publicar ese tuit con vuestro logo para que tenga más repercusión o qué filtro ponerle a vuestra ilustración para que encaje mejor entre el resto de vuestro feed de Instagram, considerad que sea posible que no estéis lanzando un mensaje desde el fondo de vuestro corazón, sino más bien desde el fondo des vuestras carteras.

PD. Este artículo lleva escrito desde hace meses, pero no lo publiqué en su momento por no caer en esa corriente de abucheos y vítores entre bandos de una guerra que no importa a nadie.

Corrección política en publicidad: Del vino al agua

Corrección política en publicidad: Del vino al agua

Opinión

Hace poco un anuncio de Dove hizo saltar las alarmas en redes sociales porque en una campaña presentaba a una mujer negra que se transformaba en una blanca al quitarse una camiseta. Lo que no se suele decir es que después la chica blanca se quitaba una camiseta y aparecía una asiática y nadie ha puesto el grito en el cielo por eso. Pero lo que importa es que alguien se sintió ofendido con la primera transición y esto desató ríos de tintas (¿pixels?) en redes sociales. Dejando a un lado el tema de en qué orden habría resultado correcto que se quitaran las camisetas las chicas para que nadie se sintiera atacado y que no olvidemos que todas las actrices/modelos no eran más que chicas quitándose al ropa, Dove ha llevado una línea de publicidad sobre la diversidad de tallas, razas y culturas centrándose en el respeto a la mujer, y aún así debe andarse con mil ojos porque se le exige a la publicidad que sea políticamente correcta.

El caso es que por mucho que se regule (o auto-regule), la publicidad jamás será objetiva ni correcta al 100% porque se basa en la mirada subjetiva y los prejuicios de un ser humano: el publicista, y sobra decir que los anuncios no existen para que una marca o una agencia se gaste un presupuesto tremendo para que el espectador vea colores bonitos y diálogos chispeantes en su pantalla. El propósito de la publicidad es vender y para la marca el resto pasa a un segundo plano.

Ojalá la comunicación fuera sencilla y existieran fórmulas efectivas para que una persona consuma un producto o un servicio, pero no es así. El público está formado por individuos complejos y diferentes los unos de los otros. y comunicarse de manera efectiva a través de un único mensaje es una tarea ardua y laboriosa. Pero es que a eso sumamos que el emisor del mensaje (en este caso los publicistas) es otro grupo de personas igual de heterogéneo que insuflan a la comunicación parte de su personalidad. Lo único que puede unir a estas personas en uno y otro lado de la comunicación es las comunidades que forman, es decir, los grupos sociales y culturales a los que pertenecen, y el conocimiento que unos tengan de los otros.

Puede existir una empatía por parte del publicista siempre y cuando forme parte del público objetivo o lo conozca de una manera cercana, pero no cuando se desliga completamente de él. Es entonces cuando entran en juego una mezcla de la cultura aprendida, las vivencias personales y los clichés establecidos que llevan a hacer una especie de caricatura del target. Se exageran los rasgos culturales o personalmente asignados y desaparecen los matices. El público objetivo se puede reconocer en la comunicación  como quien se mira en un espejo borroso, pero nota las carencias y eso provoca que no haya una conexión total entre el producto anunciado y su público.

Pongamos un ejemplo. Es habitual que veamos cómo se juega con la simpatía o desprecio del público objetivo hacia otros colectivos para generar un gag o simplemente para provocar un conflicto/nudo en la narración. Por ejemplo los jóvenes ridiculizan a los adultos, los hijos a sus madres, las madres a los padres, los pobres a los ricos, los ricos a los hippies… y así sucesivamente. Hay miles de anuncios que siguen este esquema para acercarse a un público determinado, pero se alejan involuntariamente de los individuos (en teoría excepciones) que no encajan en esos roles.

Usando este tipo de recursos la publicidad jamás será un vaso de agua tibia porque siempre necesitará dotarla de algún sabor y color concreto para estimular y provocar una venta por parte del público al que se quiere llegar. A día de hoy se le está exigiendo a la publicidad que transforme el vino en agua y que aún así siga siendo atractiva y rentable.

¿Qué ha cambiado para que las voces de esas excepciones hayan cobrado más presencia? La respuesta es la facilidad para acceder a Internet. Antes una persona afectada por una publicidad de este tipo se acercaba a la oficina del consumidor y exponía su caso. Allí se ponderaba si era realmente relevante o si había muchas más incidencias al respecto como para abrir un informe e interponer una demanda. Ahora es tan sencillo como asomarse a una red social y poner a parir a la marca. Miríadas de usuarios en el mismo caso (e incluso alguien que pasaba por allí y se unió a la marabunta) prenderán sus antorchas para linchar a todo el que opine distinto. Las excepciones se encuentran y forman nuevas comunidades para que su voz se oiga más y se tenga en consideración.

Gracias a esto hay colectivos que han ganado visibilidad y que las marcas han barajado como público objetivo en sus nuevas campañas demostrando son las personas las que condicionan el tipo de comunicación que se imprime a la publicidad.

No soy el más apropiado para hablar a favor de la corrección política. Pienso que la publicidad influye en la sociedad y debe cambiar con ella. Pasó cuando se prohibió la publicidad de tabaco y de ciertas bebidas alcohólicas y pasará lo mismo ahora con la nueva manera de pensar más inclusiva y tolerante. Pero lo es cierto es que siempre habrá alguien que no se vea representado en un anuncio incluso perteneciendo al público objetivo y tendrá que valorar si lo que ha visto representa realmente una afrenta a su persona o si hace un daño real a su comunidad.

Todo el mundo tiene sentimientos pero no todo el mundo siente lo mismo. Puede que se nos seque la boca de pedir tolerancia a todo el mundo y en cuanto notamos que tocan algo personal nos convirtamos en una panda de intolerantes con gatillo fácil en las redes sociales.

Los concursos de mierda crecen como setas

Los concursos de mierda crecen como setas

Opinión

La Asociación Micológica Nosolosetas y la Mancomunidad de Municipios del Bajo Guadalquivir convoca dentro del programa de actividades FUNGOFEST 2017 – Festival Gastro-artístico del Sur, el Concurso de Diseño Gráfico e Identidad de la XD Edición de las Jornadas Micológicas del Bajo Guadalquivir, de acuerdo a las siguientes bases:

1/ Podrán participar en el concurso todas aquellas personas físicas o jurídicas que lo deseen, ya sea individualmente o de forma colectiva, sin distinción de nacionalidad o lugar de residencia, ni otras limitaciones más que las contenidas en estas bases. Salvo ganadores en la categoría de Diseño Gráfico e Identidad en la pasada edición del FUNGOFEST.

2/ El sector turístico actual es enormemente competitivo entre destinos, y nuestra pasión por la micología quiere hacerse un hueco en los corazones de los visitantes de nuestra tierra. Pero tener éxito como destino también requiere de una gran capacidad de persuasión, y de saber comunicar cuáles son nuestras virtudes y nuestra identidad, para posicionarnos en la mente de un visitante potencial y que nos considere como una opción elegible. La imagen que nos represente debe seducir y despertar el interés de todo aquel que la observe, diferenciándonos de otros destinos de un modo gráfico atractivo y sintetizando la esencia de nuestra tierra a través de la gran desconocida en nuestra gastronomía regional: la seta.

/Para ello se plantea la elaboración de un logotipo inédito y un manual básico de identidad corporativa, teniendo presente que su objetivo será el de su utilización como marca o distintivo turístico y como punta de lanza en la promoción del consumo de este delicioso alimento en un mercado en el que se destaca el pescado, el marisco, la fruta y las verduras como principal competencia.

El objeto del concurso es presentar varios diseños (máximo 10 por participante) del siguiente conjunto (A+B):

A) Diseño gráfico
/Rediseño de la identidad corporativa de las XD Edición de las Jornadas Micológicas del Bajo Guadalquivir, evitando en la medida de lo posible similitudes con el diseño de los finalistas y ganadores en las 489 ediciones restantes del concurso*.
/Junto al manual completo de estilo de la marca, los participantes deben presentar aplicaciones de la identidad en varios soportes siendo obligatorios los siguientes elementos: cartel (70x100cm), tríptico con actividades (21x21cm plegado) y guía de especies micológicas autóctonas del Bajo Guadalquivir (48 páginas A4 + cubiertas).

* Para obtener la guía con los logotipos recogidos en las anteriores ediciones se puede descargar a través de la página de la Asociación Micológica Nosolosetas con un coste de 9,90€ (IVA no incluido) para los no asociados y de manera gratuita para los socios que hayan abonado su cuota mensual de 9,90€ (IVA no incluido).

B) Diseño de Producto
/Creación exclusiva para el diseño artesanal de cestas de mimbre sport unisex de competición.
/Diseño del trofeo para el ganador del Concurso de Diseño Gráfico e Identidad de la XD Edición de las Jornadas Micológicas del Bajo Guadalquivir, elaborado en madera de chopo y metacrilato y cuya producción no debe sobrepasar un coste de 50€ (adjuntar presupuestos y guía de proveedores junto a la documentación requerida en estas bases).

3/ El objeto del diseño de las cestas de mimbre es el de usarlas en los Juegos Micológicos que tendrán lugar el sábado y posteriormente como souvenir de promoción de la XD Edición de las Jornadas Micológicas del Bajo Guadalquivir en todas las tiendas oficiales presentes tanto en las diferentes localidades de la mancomunidad y como en el stand homónimo en Fitur 2018.

4/ Cada diseño deberá presentarse en un CD/DVD/pendrive, en Ai, Svg, Eps, Psd o Pdf editable por capas nombradas correctamente, en tamaño A4, con las tipografías incrustadas y a una resolución de 300 ppp. Si las imágenes han sido generadas con programas del tipo Illustrator, Freehand, Corel Draw, Micrograph Designer, AutoCAD o similares, se deberá adjuntar una copia compulsada de la licencia que se está utilizando para demostrar que el participante se encuentra dentro de la legalidad.

/Todas las fotografías, ilustraciones y motivos usados en el desarrollo de la identidad corporativa, formarán parte de la propia identidad y por lo tanto quedarán sujetos a la misma política descrita en estas bases sobre los derechos de la asociación sobre ellas.

/Además se deberá adjuntar una impresión a tamaño real de todos los elementos montados en foam, bastidor o tabla con soporte para su exposición, y una maqueta a escala de los objetos requeridos. También se adjuntará una breve memoria explicativa de un mínimo de 30 páginas (Arial, 12pt, interlineado sencillo) y justificativa del logotipo en archivo Wordperfect.

/Los trabajos originales se entregarán en un sobre cerrado con un lema inspirado en la micología en el exterior, en el que se incluirá otro sobre que contenga: lema, el nombre, teléfono, domicilio y el e-mail del participante, así como una fotocopia a color del DNI, CIF o documento oficial (ya sea propio o de su tutor legal) que lo acredite como posible participante en este concurso y los resultados recientes de un hemograma completo y análisis de orina para certificar que no se ha consumido ninguna sustancia que suponga un caso de dopaje y (por lo tanto) de invalidez en el caso de que este trabajo sea seleccionado como ganador o finalista.

/Los trabajos deberán remitirse por servicio de mensajería privada a:

Asociación Micológica Nosolosetas
(Concurso de Diseño Gráfico e Identidad de la XD Edición de las Jornadas Micológicas del Bajo Guadalquivir)
Calle Corta, s/n
Los Palacios y Villafranca, CP. 41720 (Sevilla)

o

Mancomunidad de Municipios del Bajo Guadalquivir – Oficina de Turismo
(Concurso de Diseño Gráfico e Identidad de la XD Edición de las Jornadas Micológicas del Bajo Guadalquivir)
Calle de Lebrija, 0
Lebrija, CP. 41740 (Sevilla)

5/ El jurado, cuyo fallo será inapelable, estará compuesto por:

– Ernesto Lümberg, presidente y fundador de la Asociación Micológica Nosolosetas
– Esperanza Arocha, concejala de cultura del Excelentísimo Ayuntamiento de El Cuervo (Sevilla)
– Leandro Martínez, profesor de dibujo técnico y educación física en el I.E.S. Caepionis (Chipiona, Cádiz)
– Cecilia Anne Lümberg, Reina de las Setas de la XD Edición de las Jornadas Micológicas del Bajo Guadalquivir
– Manolo Sarriá, humorista y reconocido micólogo de fama internacional

/La dirección del concurso se reserva el derecho de sustituir a alguno de sus miembros en caso de que fuera necesario, y/o ampliar el número de integrantes del mismo.

6/ El jurado elegirá a 4 finalistas y 4 suplentes, que podrán resultar ganadores en caso de que sea imposible la identificación del primer ganador o ganadores suplentes sucesivos. Las propuestas de los finalistas serán expuestas en la página oficial de la Asociación Micológica Nosolosetas y en las redes sociales de la misma, así como la pertinente presencia en el apartado de cultura de las páginas webs de los diferentes consistorios de las localidades que componen la Mancomunidad de Municipios del Bajo Guadalquivir.

Una vez expuestas se abrirá un período de 20 días laborables para votación popular, en la que se decidirá el ganador mediante el recuento de votos positivos (likes, favs, retweets, megustas, mediviertes o measombras) y votos negativos (unfollows recibidos en las diferentes redes, mentristeces o menfadas) en cada uno de los proyectos presentados. El recuento será realizado por los usuarios de las diferentes cuentas oficiales y recogidas en un documento firmado y aprobado por todas las partes.

/El premio podrá quedar desierto en el caso de no existir el nivel deseado, en cuyo caso los trabajos pasarán a ser propiedad de la Asociación Micológica Notodosetas para evitar que se vuelvan a presentar en sucesivas convocatorias.

7/ El plazo de presentación de los trabajos será desde el día de publicación de estas bases en la web de la Asociación Micológica Notodosetas (www.setasysaetas.biz). El plazo de admisión de los trabajos terminará el día 28 de febrero de 2017 (Día de Andalucía) a las 00:00h.

/La convocatoria del concurso se divulgará mediante los medios que se consideren más oportunos para dar una máxima difusión y facilitar la máxima participación como, por ejemplo, prensa, radio, televisión, mediante carteles, vallas, anuncios, telegramas. spam, buzoneo tradicional, drones, fuegos de artificio, silbo gomero, boca a boca, etc. Asimismo, se podrá remitir a las asociaciones que componen el tejido social local pero jamás a la Asociación Micológica Hispalense Seta-Seta-Top debido a problemas surgidos en anteriores ediciones.

8/ Además de la visibilidad del autor derivada de la promoción a través de los medios de comunicación de la mancomunidad y la asociación colaboradoras, en esta categoría se elegirá un único ganador que recibirá una suscripción de 18 meses al boletín anual de la Asociación Micológica Nosolosetas, el título de Follón de Lobo Honorífico, un trofeo conmemorativo valorado en 200€, un cheque regalo de 20 € para su uso en el Mercado de Artesanía Micológica durante la XD Edición de las Jornadas Micológicas del Bajo Guadalquivir (dicho premio se halla sujeto a la legislación fiscal vigente, realizándose sobre ella las retenciones legalmente establecidas) y la exposición de su cartel junto al del resto de los ganadores en anteriores ediciones en la Antigua Casa Palaciega de D. Diego Quebrado (Actual Casa de la Cultura de El Coronil).

/Premios especiales: Fruto de la colaboración entre la Asociación Micológica Nosolosetas y el certamen de Reina del Guadalquivir, se establece un premio de 1.000 € al mejor trabajo presentado por una Reina de las Setas vigente. La reina participante podrá enviar su proyecto a la Asociación Micológica Nosolosetas acudiendo a la sede o a través de un tutor legal autorizado. Su participación en condición de Reina de las Setas no la inhabilitará para optar, en igualdad de condiciones, a los premios principales.

9/ Para la elección del diseño ganador y el premio especial se valorará el cumplimiento de una serie de recomendaciones importantes, y otras a tener en cuenta:

9.A. Recomendaciones importantes

/Con respecto a la identidad corporativa:
. originalidad absoluta.
. que el logotipo no sea feo.
. que sea universal, reconocible y recordable.
. capacidad para comunicar todos los matices del fascinante mundo de la micología.
. que sea fácilmente localizable en la región que representamos.
. se tendrá en cuenta la justificación que se aporte de la propuesta por parte del participante.
. el beneplácito unánime de los representantes del Hogar del Jubilado en los diferentes municipios de la Mancomunidad de Municipios del Bajo Guadalquivir.
. facilidad y rentabilidad en lo referente a su aplicabilidad y manejo a los diferentes posibles formatos.
. olor y grosor del papel y número de páginas del manual de identidad corporativa. Especialmente si en su elaboración se usa pan de oro

/Con respecto a la cesta de competición:
. se diseñará cesta y paño y también la decoración de ambos
. el interior de la cesta debe ser de color natural, por lo tanto, se parte de un diseño base de cesta de mimbre tradicional.
. el diseño del nuevo logotipo (rediseñado) sobre la cesta debe tener una reserva tanto en la parte superior (cercano al asa) como por la base de la cesta (línea de apoyo) de 8,7 cms.
. la cesta debe tener un diseño estilizado y aerodinámico y debe ser funcional y sport, es decir, efectivo en la competición y práctico para poder utilizarlo a diario.
. la cesta tendrá una altura aproximada de dos palmos y un ancho máximo de cinco, con capacidad aproximada para un puñado de setas bien hermosas.
. la cesta debe tener un asa, para sostenerla sin dificultad.

9.B. Recomendaciones a tener en cuenta

/ Con el trabajo ganador la asociación podrá hacer las modificaciones que estime oportunas para la puesta en funcionamiento, producción en masa y posterior comercialización del producto.
/ El modelo de cesta, el diseño gráfico y las mascotas, no podrán ser iguales o muy parecidas a ningunas que se hayan comercializado por parte de cualquier otra marca comercial o iniciativa sin ánimo de lucro.

10/ El trabajo ganador se dará a conocer en la fiesta de entrega de premios del FUNGOFEST 2017, que se celebrará el martes 28 de marzo de 2017 a las 8:00h en la sede de la Asociación Micológica Nosolosetas en los Palacios y Villafranca (C/Corta s/n). El autor, o al menos uno de los autores del trabajo ganador, deberá asistir personalmente al acto de entrega de premios en el lugar, fecha y hora que se señalen al efecto. En caso contrario, perderá todos los derechos sobre sus premios, que se otorgarán al ganador del premio especial.

11/ Es condición indispensable para participar en el presente concurso la cesión en exclusiva, e indefinida y para todos los territorios nacionales e internacionales, de los derechos de explotación del trabajo ganador. Por ello la participación en el presente concurso supone automáticamente la cesión de dicho derecho a la Asociación Micológica Nosolosetas, es decir, la cesión de los derechos de reproducción, comunicación pública, transformación, distribución y comercialización sobre la obra ganadora, y ello de forma ilimitada. Así, el ganador o ganadores del premio deberán entregar un documento firmado donde renuncien voluntariamente a reclamar la autoría del trabajo ganador a favor de la Asociación Micológica Nosolosetas y el derecho de la susodicha asociación a elegir el nombre del hijo primogénito del agraciado o agraciados en el concurso.

12/ Los participantes responderán de la originalidad de las obras presentadas y mantendrán a la Asociación Micológica Nosolosetas y a los representantes del gobierno de los ayuntamientos de la Mancomunidad de Municipios del Bajo Guadalquivir indemne de cualesquiera de las reclamaciones que tengan origen en la infracción de derechos, de propiedad intelectual o de otra clase, de terceros.

/Además, por el sólo hecho de participar en el concurso quien resultara ganador adquiere el compromiso de devolver a la Asociación Micológica Nosolosetas el premio económico (con un 15% de intereses acumulables) en el supuesto de imposibilidad de esta asociación de utilizar el logotipo o imagen presentado por el ganador como consecuencia de la declaración de plagio por órgano competente, o como consecuencia de cualquier resolución judicial o administrativa fundada en cualquier otro motivo.

13/ La participación en el presente concurso implica la autorización expresa por parte de cada uno de los participantes a reproducir los diseños presentados y el resultante ganador en los soportes publicitarios que el jurado establezca, y se prohibirá el uso de los trabajos presentados para fines comerciales o para la participación en otros concursos por parte de los participantes en el que aquí se detalla.

14/ Los trabajos que no hayan sido premiados podrán recogerse personalmente por el autor o persona que lo represente en la Oficina Municipal de Turismo dentro de las 2 horas posteriores al anuncio del ganador. En ningún caso serán devueltos por otro medio ni fuera del plazo establecido, quedando bajo la custodia de la organización del festival FUNGOFEST 2017 para cerciorarse que estas normas se cumplan.

15/ Será excluida del concurso cualquier propuesta que incurra en alguna de las siguientes circunstancias según el criterio inapelable del Jurado:

– Ser entregado fuera de plazo sin el beneplácito de alguno de los miembros del jurado o la organización del FUNGOFEST 2017.
– No cumplir alguna de las condiciones recogidas en las presentes bases y futuras modificaciones que se hagan al efecto.
– Presentar contradicciones esenciales, inexactitudes, insultos a los miembros del jurado (o su familia), echar mal de ojo u otros aspectos incomprensibles.
– Intentar influir en la decisión del jurado por el medio que sea y que se note.
– Publicar por cualquier medio los trabajos presentados a concurso, antes de que se produzca el fallo del jurado y sin el permiso de la organización del FUNGOFEST posteriormente.
– Presentar una misma persona más de 10 propuestas.

/Los trabajos excluidos se reflejarán en el acta correspondiente, razonando las causas que motivaron su exclusión y siendo motivo para que todos los derechos pasen a formar parte de la asociación organizadora de este evento.

16/ Asimismo, la aceptación del premio, de acuerdo a lo previsto en las presentes bases, conlleva la autorización tácita, por parte del ganador, para que los convocantes de este concurso pueda utilizar u omitir publicitariamente su nombre e imagen en el material de carácter publicitario que pueda realizarse en relación al diseño ganador.

17/ La Organización del festival FUNGOFEST 2017 se reserva el derecho de modificar las bases del concurso si ello resultara necesario por causas organizativas o ajenas a su control o voluntad, y a decidir sobre todo aquello que no está previsto expresamente en las mismas. La reclamación por parte de los participantes será motivo de descalificación y de una multa de 9,90 € (IVA no incluído).

18/ Para resolver las cuestiones judiciales que surjan, serán competentes los Juzgados y Tribunales que tengan jurisdicción sobre el marco de la Mancomunidad del Bajo Guadalquivir.

19/ De acuerdo con la Ley orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal, la Asociación Micológica Nosolosetas, como responsable del tratamiento de los datos personales recabados con ocasión del presente concurso, informa de que los mismos serán incluidos en un fichero de datos de carácter personal a los fines del presente concurso. Se garantiza que el ejercicio por el interesado de sus derechos de acceso, rectificación, cancelación y oposición en los términos previstos en dicha ley quedarán supeditados al criterio del los convocantes del concurso descrito en este documento.

20/ Los aspectos no previstos o regulados en las presentes bases, así como la interpretación de las mismas en caso de dudas y de otras cuestiones suscitadas a resultas de este concurso, serán resueltos exclusivamente por el jurado, gozando sus acuerdos de la presunción de interpretación auténtica de las presentes bases.

21/ La participación en la presente convocatoria supone la plena aceptación de las bases. Es lo que hay.

El día que el trabajo dejó de buscarme

El día que el trabajo dejó de buscarme

Opinión

Hace 1.238 días que no actualizas tu currículum

Con este mensaje me recibe mi perfil de Infojobs después de millones de intentos por recordar la clave de acceso. La sensación al entrar es como el que vuelve a casa de sus abuelos después de muchos años. Es todo más o menos como lo recordabas, pero está todo tan cambiado… Tan vacío…

Entre los datos que puedes ver tienes la dirección de tu piso de soltero, un teléfono que ya no es el tuyo y una foto de un chico más joven y con más ilusión por aquello de que internet era la solución a la búsqueda de empleo. Ese chaval de la foto no tiene ni idea de que en publicidad, a los profesionales se nos pasa el arroz y no hay web que arregle eso.

Nos ha tocado una época jodida para buscar un hueco donde desarrollar nuestra actividad profesional, porque quien más y quien menos ha pasado su época de joven promesa trabajando. Pero trabajando buscando un puesto de trabajo.

Personalmente recuerdo abrirme cuentas en portales de empleo que posiblemente ya ni existan con la esperanza de que Internet proveería, y me consta que lo hizo. Fui a varias entrevistas y estuve trabajando gracias a una oferta de Infojobs, pero eso me hizo perder la perspectiva. Internet no te da trabajo o sueldo, sino que lo hacen las empresas del sector en mi ciudad (os hablo de mi caso) y la mayoría de ellas tenían ya fecha de caducidad cuando me inscribía en sus ofertas.

Aquellas webs de empleo a día de hoy ya habrán vendido mis datos a cualquier compañía telefónica o aseguradora. Sólo Infojobs salió más o menos adelante, y parece que ahora pretende ser una suerte de Linkedin con currículos desactualizados. Las empresas de publicidad que han sobrevivido al cataclismo de la crisis económica tienen que agradecerlo en parte a algo que aprendieron usando estos portales: Aunque tu oferta de empleo sea abusiva y pagues una mierda, de las 300 solicitudes no bajarás.

Seguro que sabéis de qué tipo de empresas os hablo. Son aquellas en las que conocéis más personas despedidas que contratadas y que tienen permanentemente la misma oferta de trabajo en la red, pero que con el tiempo van bajando el salario hasta que plantan un a negociar.

Posiblemente hayas echado una solicitud en alguna, hayas ido a una entrevista o hayas estado trabajando allí un añito. Lo que es seguro es que si has trabajado allí, el período de prácticas te lo has tenido que tragar de cabo a rabo sin ver ni un duro. Y ahí es donde está la clave.

¿Qué empresa no querría una oficina llena de jóvenes promesas ansiando destacar, por añadir una línea en un currículo virgen o sacrificándose tan sólo por sumar una página a su portfolio? En la actualidad hay agencias de publicidad que sólo tienen unos tres o cuatro puestos directivos fijos (o fijos discontinuos) y el resto de una plantilla de 20 personas son trabajadores en régimen de prácticas o en un contrato a prueba.

Estas son las empresas a las que llegado un día llamé, se interesaron por mi trabajo y al finalizar una entrevista me dijeron: joder, es una pena que no tengas 25 años, porque ya no podemos pagar un senior y tenemos que suplirlo con 5 personas de prácticas. A ver, ¿soy demasiado bueno o demasiado adulto como para ser contratado?

No falta quien apostilla un «es que ya tienes edad de montar tú algo». Pero esto lo dicen entre dientes, porque si lo haces posiblemente te los comas con papas sabiendo cuál es el secreto de su longevidad: chuparles la energía a los jóvenes profesionales que terminarán quemándose y yéndose, o directamente pegarles una patada en el culo antes de que la empresa esté obligada a cerrar un contrato digno con ellos.

Ya no llegan los avisos a mi correo electrónico. Todos los contactos de antiguos compañeros que aparecen en mi perfil trabajan en una gasolinera, de teleoperadores, han abierto un bar o están dando clases en la facultad (clases de sabe Dios qué, porque tienen a lo sumo 3 años de experiencia laboral en publicidad). El caso es que muy pocos profesionales de mi edad seguimos en el sector.

Llámalo pasión, romanticismo o que no sabemos hacer otra cosa, pero creo que los pocos que quedamos no tendríamos que  acabar batiéndonos el cobre con un becario para conseguir un contrato precario. Se gana más de cajero en el DIA a media jornada y encima te queda otra media jornada para dar rienda suelta a tu creatividad en la forma que sea ¿Quién sabe? A lo mejor terminas ganándote la vida haciendo lo que realmente te gusta aunque no tenga que ver nada con la publicidad.

Hoy voy a dedicar el día a borrar todo rastro de mi persona en estos portales de empleo. No quiero (ni merezco) ser reclamado por este tipo de agencias. Ellos no pueden permitirse una persona con mi experiencia, y yo no me puedo permitir soportar a más gilipollas.

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La punta del látigo

La punta del látigo

Opinión

Parece una práctica habitual en este bendito país que las relaciones profesionales en publicidad se estructuran como la sacudida de un látigo. Llegó el momento de explicar el porqué de esas extrañas cicatrices que lucen los publicistas como nosotros en su castigada espalda.

Cuando empiezas una relación con un cliente o con una agencia (ya estés contratado como freelance o como parte de la plantilla) el viento siempre sopla a favor para ambas partes. Te dejan que tomes el látigo por la empuñadura y que creas que puedes dominar la situación. Se adapta bien a tu mano y confías en que el recorrido sea prolongado y beneficioso. Pero no hay que confiarse, porque un látigo no deja de ser un arma por el hecho de que la empuñes tú.

La agencia (o el cliente) y tú tomáis impulso y descargáis toda vuestra fuerza en el movimiento inicial. Hay un momento de catarsis, de unión de objetivos y de ilusión por un proyecto común. Los primeros logros saben a merecida victoria. Las capacidades comerciales de una parte y la brillantez de unos creativos motivados hacen relucir piezas interesantes y valientes. Parece que os vais a comer el mundo con papas. No será así, porque tus intenciones y las de tu compañero de batalla son bien distintas, y porque tardarás poco en darte cuenta de que en esta ecuación, además del látigo hay otra herramienta: tú.

Los proyectos se van sucediendo y la agencia empieza a ceder ante las presiones de los clientes, a apostar menos por tus ideas y a abusar de tus ilusiones porque el proyecto no deje de ser interesante. Empiezas a darte cuenta de que no sois un equipo, sino un mero acuerdo para un fin claro: ganar dinero.

Es un fin loable, ya que la publicidad es una profesión y no hay quien rebata que debe ser remunerada para cubrir las necesidades de aquellos que trabajan en esta disciplina. Pero no es lo que te ha vendido la agencia, porque pasas de ser una pieza esencial del engranaje a un litro de combustible que poco a poco se agotará y será reemplazado por otro combustible más barato.

Tus pies tocan el suelo y crees saber qué sitio ocupa cada uno realmente. Tu ilusión se transforma en funcionalidad y tiras de profesionalidad para que la relación sea fructífera para ambas partes. Afrontas los proyectos de manera efectiva y sabiendo que involucrate a nivel personal puede ser contraproducente. Notas que la velocidad de la sacudida va aumentando y que estás siendo inevitablemente arrastrado. Aquella mano amiga del impulso inicial sabía perfectamente cómo lanzar el golpe para salir indemne.

El cliente (o la agencia) ya va un paso por delante de ti. Seguramente no sea la primera vez que hace esto, y sabe que la clave está en tomar de ti todo lo que pueda aprovechar antes de lanzarte a la papelera.

Sabe que aún quedan resquicios de ilusión y los buscan cavando en tu conciencia como si se tratara de una mina. Empiezan a pedirte esfuerzos. Plazos apretados, las funciones fuera de tus competencias, que amoldes los plazos de tu facturación a sus necesidades, un continuo regateo para que bajes tus honorarios… No te lleves las manos a la cabeza. Lo suelen lograr apelando a la amistad, al tiempo que lleváis juntos o a una profesionalidad muy mal entendida.

De repente te ves trabajando a destajo la noche de navidad tras una semana currando en jornadas de 16 horas, mientras tu hijo llora porque tiene 40º de fiebre y una otitis del copón. Y aún así tú rezas lo que sabes porque no tengas que perder la noche en urgencias para poder así llegar a un plazo ficticio con el que te martirizan a golpe de mensajito de Whatsapp. Mientras te van llegando las notificaciones de las fotos que se van subiendo al Facebook de la agencia con tu amigo del alma poniéndose tibio frente a una opulenta cena de trabajo. Esforzándose para terminarse el bogavante y dejar sitio para todo el turrón y el gin tonic que su organismo pueda asimilar.

Te empiezas a resentir físicamente. En ese punto sabes que todo va a acabar pronto y empiezas a poner tus límites. Te ciñes a tu tarifario, haces que se firmen los presupuestos y recalcas bien en ellos los plazos de entrega como si te fuera la vida en ello (porque de hecho es así). Es cuando la agencia le ve las orejas al lobo y se prepara para un último giro.

Un par de meses antes entra mágicamente un gran flujo de trabajo. Grandes campañas, presupuestos jugosos y de repente recibes palmadas en la espalda y apretones de hombro. Tú sigues receloso y te atrincheras en tu formalidad como quien se protege de una bala interponiendo sus manos.

Cómo no, tragas con lo que te echan y te consuela saber que esa inyección de dinero hará que semejante acto de prostitución valga la pena, pero no sospechas que el último gran golpe está en marcha. La agencia recoge el látigo en un gesto brusco, tu inercia hace que se produzca el violento estallido y que sea inevitable que el único perjudicado seas tú.

¿Pero cómo? Da igual. El motivo es lo de menos. Un desacuerdo en una factura, un tirón de orejas por parte del cliente o sencillamente hacerte culpable de cualquier miseria que se les ocurra.

El tono se torna frío y las comunicaciones pasan de ser telefónicas a producirse únicamente por correo electrónico. Aunque intentes contactar con la agencia no te van a coger el teléfono porque ya están buscando al siguiente pardillo y lo que están haciendo es ganar tiempo.

Te piden todos los archivos con los que has trabajado (incluso los bocetos) y te quieren obligar a firmar cláusulas que te hacen renunciar a los pocos derechos que tienes. Si por un casual trabajas en una oficina lo más posible es que te pongan un espía (o esbirro de confianza) que vigilará todos tus movimientos por si se te ocurre llevarte a casa algún archivo o un mísero Post-it.

Lo peor de todo es que te dejan de pagar las últimas nóminas (o facturas) con cualquier excusa y tienes que empezar a intentar conseguir lo que por derecho es tuyo a través de las intrincadas vías de la burocracia. Te tienes que buscar asesoramiento legal (otra parte del pastel que no catarás) y, por supuesto, no hacer planes para ese dinero porque es muy probable que no lo veas en muchos años (y digo bien: AÑOS). La justicia es lenta en este país irónicamente porque está sobresaturada de personajes como a los que me vengo a referir (cosa que juega a su favor también).

La intención del cliente o la agencia es alargar los plazos de pago, intentar ahorrarse alguna partida en el transcurso y por encima de todo putearte por si te rindes y cedes a todas sus exigencias.

En este sector hay gente que se rasga las vestiduras y claman al cielo preguntándose por qué la publicidad es un sector tan denostado en este país y cuál es el motivo para que el nivel de otros países esté tan por encima en producción y calidad del nuestro. La respuesta no está en el talento, sino en un modelo de negocio en el que una panda de yupis de medio pelo (que no distan mucho de los mercaderes tunantes que cerraban tratos en tascas y puticlubs) hacen su agosto.

Ojalá un día acabe con todos ellos la justicia (que no la ley) y que este oficio se desarrolle en todo su potencial. Es una pena porque cuando llegue ese día no estaré aquí para verlo… y posiblemente tampoco la raza humana.

Twitter y la Lencería Fina

Twitter y la Lencería Fina

Opinión

¿Alguna vez habéis intentado llamar la atención del camarero de una discoteca desde el otro lado de la barra? No sólo tenéis que dejaros la garganta por el volumen de la música, sino que además os toca competir con una maraña de clientes que se agolpan en la barra como tú y que posiblemente tengan tantas ganas de beber como tú.

Para una marca, Twitter es más o menos eso. El camarero es el público objetivo, el resto de clientes la competencia y la música atronadora sería todo el aluvión de mensajes que aparecen el el timeline del posible cliente a la vez que el tuyo.

Sobre el papel tu situación es más efectiva si tu mensaje es más atractivo, y es por eso por lo que se contratan los servicios de un community manager. Los hay excelentes y son auténticas estrellas como es el caso del CM de Policía Nacional. Eso lo traduciríamos en que de repente tu marca se convierte en una increíble modelo de lencería que sugerentemente pide al camarero un cubata mientras le guiña el ojo y le lanza besitos. Evidentemente el mensaje tiene más posibilidades de llegar al cliente, pero tengamos en cuenta que una buena parte de las otras marcas habrán contratado también a profesionales para que les lleven las redes sociales.

Estamos pues ante una barra llena de modelos de lencería clamando a base de carantoñas y bajadas de escote una copa al camarero de una discoteca (que sabemos a ciencia cierta que es soltero y heterosexual). El pobre no sabría dónde mirar y a quién atender pero se lo estaría pasando de puta madre, así que decide servir un gin tonic. Prepara cuidadosamente la bebida y se dispone a mirar cuál de todas esas voluptuosas mujeres quiere uno. Es como si el cliente potencial tuviera interés en buscar el producto que representa tu marca. Hablamos de la búsqueda por hashtag.

Obviando el hecho de que nunca pasará que #gintonic sea el tema de conversación de la mayoría de los presentes en la discoteca (lo que lo convertiría en trending topic), la cercanía a la modelo o los gustos personales del solicitado camarero marcarán prácticamente la diferencia entre una u otra elección.

Expuesta esta situación hay que plantearse cómo es de efectivo que tu marca tenga presencia en Twitter. Está claro que es una vía de contacto con tus clientes o clientes potenciales ¿pero cómo se traduce eso en ventas? ¿qué parte de la imagen de marca corresponde a la actuación del community manager en esta red social en concreto?. No somos una marca y no podemos acceder a este tipo de datos, pero os proponemos un experimento.

Hay programas de televisión en directo que tienen sus cuentas de Twitter, e incluso crean un hashtag por programa (hasta este punto está sobresaturado Twitter). Algunos de ellos seleccionan tuits que salen en pantalla o hacen una selección y los comentan en directo. Tenemos el cliente (el programa de TV), tenemos a la competencia (el resto de espectadores que emitirán sus tuits con el hashtag adecuado), tenemos el ruido (todos los mensajes que se acumularán en el timeline durante el programa). Si conseguís que vuestro tuit sea nombrado o salga en pantalla podéis considerarlo una venta ¿Os animáis?

No hace mucho leí en mi muro de Facebook una reflexión que hacía Álvaro Sobrino (Visual, Herederos de Juan Palomo, Blur Ediciones…) en la que decía que había seguido el hashtag de un programa en directo y que la gente mandaba auténticas joyas en forma de tuits, pero que a la hora de la verdad las seleccionadas por el programa eran mediocres y no aportaban nada al contenido del programa.

Si vuestro tuit era la hostia y no sale seleccionado, no os desesperéis. Que un cliente deseche las buenas ideas para elegir otras mediocres con las que no venderá una mierda también es parte del encanto de esta profesión.